Por años, la relación entre agencias de publicidad y clientes se ha mantenido atrapada en una estructura rígida, con modelos de tarifas y honorarios que muchas veces distorsionan el verdadero valor que una agencia puede aportar. En un contexto donde la industria exige agilidad y resultados medibles, las reglas del juego tienen que cambiar.
Hace más de cuatro años que en Whizz hemos apostado por un modelo que desafía las convenciones, transformando la dinámica tradicional para convertirnos en socios estratégicos de nuestros clientes. ¿Cómo lo hacemos? Alineando los incentivos: nuestro ingreso depende directamente de los resultados que generemos. Es decir, si nuestros esfuerzos no se traducen en ventas concretas para el cliente, simplemente no cobramos.
Este enfoque se apoya en una premisa fundamental: las agencias no deberían ser un costo fijo, sino un motor de crecimiento. Al trabajar bajo un esquema de participación en las ganancias, no solo demostramos el impacto real de nuestro trabajo, sino que también eliminamos las discusiones desgastantes sobre presupuestos y tarifas.
Todo se resume en una pregunta: ¿qué funciona y qué vende?
Los beneficios de pensar diferente
Este modelo tiene un impacto profundo tanto para las agencias como para los socios (antes clientes). Desde nuestra perspectiva, nos ha permitido multiplicar ingresos, alcanzando resultados que triplican o incluso quintuplican lo que podríamos lograr con un esquema tradicional. Más importante aún, nos obliga a enfocarnos en lo esencial: construir estrategias, contenidos y campañas que generen resultados tangibles.
Para quienes confían en este modelo el riesgo es prácticamente inexistente. Si no hay resultados, no hay pago. Esto no solo elimina tensiones, sino que también nos posiciona como aliados confiables, comprometidos con el éxito de sus negocios. En lugar de ser proveedores, nos convertimos en socios que comparten objetivos y celebran logros comunes.
La flexibilidad del modelo
Al diagramar este nuevo enfoque nos preguntamos si es que era aplicable a cualquier tipo de empresa. La respuesta corta fue sí. Con el tiempo nos dimos cuenta que la implementación varía según la cultura y las necesidades de cada partner. Hemos tenido casos emblemáticos como Bic en Argentina y Smartycar en Chile, donde trabajamos con esquemas de suscripción, una propuesta disruptiva en la región. También hemos implementado este enfoque en el sector hotelero, colaborando con el icónico Llao Llao. Integrar sus sistemas digitales no solo llevó a récords de ventas online, sino que transformó por completo su visión sobre la colaboración con agencias.
Lo esencial es establecer una relación basada en la confianza y la transparencia. Para que el modelo funcione, los clientes deben estar dispuestos a medir el impacto y compartir los beneficios generados. Es un compromiso mutuo que redefine cómo se entienden y valoran los resultados.
El rol de nuestro ecosistema en esta nueva era.
Este cambio no es simplemente una evolución del modelo de negocio; es una transformación en el papel que desempeñamos. En Whizz, hemos reconfigurado nuestras capacidades para enfocarnos en áreas que realmente agregan valor: desde la creación de estrategias digitales innovadoras hasta el desarrollo de nuestras propias iniciativas, como las Whizz Stores, ya presentes en Argentina y Chile.
Nuestro enfoque nos permite posicionarnos no solo como creativos, sino como catalizadores del éxito de nuestros clientes. Más ingresos, más eficiencia y un respeto renovado por nuestro trabajo son solo algunos de los frutos de esta transformación.
El modelo de Whizz no es una moda pasajera; es un llamado a repensar cómo trabajamos, cómo colaboramos y, sobre todo, cómo demostramos nuestro valor. En un mundo donde los resultados son la métrica definitiva, atreverse a cambiar definirá el futuro.